He tenido un fin de semana muy
musical. He asistido a uno espléndidos conciertos del XXXIII Festival
Internacional “Andrés Segovia”, que dirige el guitarrista Pablo de la Cruz. El primer concierto, celebrado en la Universidad
Nacional de Educación a Distancia de las Escuelas Pías de la Calle Tribulete, 14,
estuvo a cargo del malagueño Rafael Aguirre, al que alguno definió como el sucesor
de Narciso Yepes, incluso superándole.
Durante el descanso hubo un singular
acto de entrega de premios a diversas personas. Entre ellos un par de jóvenes
que habían acudido durante la mañana a dos clases magistrales del guitarrero
Daman Smallman y del propio guitarrista Rafael Aguirre, así como a tres grandes
de la música de este instrumento: Los guitarreros José Luis Romanillos y Ángel
Benito, y al profesor Antonio Gutiérrez.
En mis apuntes sobre el concierto de
Rafael Aguirre escribe que su interpretación con la guitarra que le ha
construido su padre, es variada y alegre, un gran maestro a sus 35 años.
Extraordinarias su “Rossiniana”, del italiano Mauro Giuliani y la “Gran Jota”
del maestro Francisco Tárrega. Obtuvo tantos aplausos que regaló un “bis” del
maestro mexicano Agustín Lara, cuya estatua se encontraba allí cerca. Emocionó al
respetable con su maestría al tocar “Granada”.
La clausura fue en el mismo local
donde se inauguró el evento: En el Museo de San Isidro. Hubo una singular
conferencia del valenciano Juan Grecos. Un maestro que es el empresario de
cuerdas de guitarra para clásico, flamenco y otros estilos. Dio un recital de
conocimientos de este instrumento tan español. Allí hubo dos intérpretes extranjeros:
La francesa Ingrid Riollot. La crítica dice de ella que su música es el reflejo
del alma: delicada y encantadora.
El compositor Luis de Pablo, Premio
Nacional de Música en 1991, impartió, a su estilo, una lección al respetable
hablando de que su máximo deseo era poner música a los poemas de la Generación
del 27: Vicente Alexaindre y Gerardo Diego, poeta que le encantaba la música y
que un servidor le conoció personalmente en un recital que mi paisana y
discípula suya Pureza Canelo (Premio Adonais de Poesía), dio hace muchos años,
cuando yo era un joven estudiante, en la Biblioteca Nacional.
El italiano Luigi Sini, un gran innovador
de la técnica de la guitarra, puso punto final al XXXIII Festival Andrés
Segovia. Interpretó la pieza “Fábula”, de Luis de Pablos, así como otras que
sonaron magníficamente, Un recreo para el gran público.
El XXXIII Festival Internacional de
Guitarra “Andrés Segovia” está patrocinado por el Skal Internacional de Madrid.