El viajero se halla en
la región española de Cataluña formando parte del jurado internacional del
festival de cine turístico Terres de l’Ebre que se celebra estos días en la
ciudad de Tortosa, cerca de dos parques
naturales: el Delta del Ebro y els Ports. Su patrimonio natural está protegido
por el sello Reserva de la Biosfera de la UNESCO, por eso la filosofía del
festival es reunir producciones de filmes turísticos que incentiven la magia
del viaje -especialmente el descubrimiento de entornos naturales- y que
promuevan el desarrollo sostenible. El festival se inauguró oficialmente en la
ciudad de Barcelona y cuenta con el apoyo de instituciones oficiales y
privadas, como el Ministerio de Turismo de España; el CIFFT, el Comité
Internacional de Festivales de Filmes Turísticos o Skal, la Asociación
Internacional de Altos Profesionales del Turismo, aposentada en más de 100
países.
Por
eso se han visitado tres lugares singulares en la región que tienen un gran significado
en el mundo del turismo y del cine: La Torre Glories, en Barcelona; el Parque
Audiovisual de Cataluña, en Terrasa, y el bellísimo jardín artístico de Santa
Clotilde en Lloret de Mar.
La
Torre Glories es un hipermirador de Barcelona, con explicaciones sobre la
situación real de la ciudad: en una sala subterránea hay unas explicaciones de
todos los habitantes de la ciudad tanto de la vida vegetal como animal que viven
en la ciudad y la llegada de visitantes animales que proceden de otros lugares
y está formadas por un bosque de delicadas
esculturas de papel plegado realizadas por el artista Joan Sallas: Erizos, hongos, jabalíes, nenúfares, plátanos
de sombra, anguilas, posidonias y petirrojos, por citar alguna muestra, en una
apuesta exhaustiva para dar a conocer la diversidad de especies que residen y
conforman la ciudad. Asimismo, se miden las
características físicas que se muestran en una pantalla gigante. Viento,
contaminación, aguas, y un paisaje sonoro que llega hasta el mar, todo ello
acompañado de una pieza musical que se cambia cada día según el estado de ánimo
de la propia ciudad. Pero, sin duda alguna lo que más llama la atención es el
hipermirador a 125 metros de altura que ofrece una perspectiva de 360°
como ninguna otra en la ciudad. Es un mirador único y privilegiado desde donde
se puede admirar el flujo y la armonía de la ciudad de Barcelona, el movimiento
de las aves, las nubes, la luz y sus reflejos, los árboles y las personas. El
edificio de 144 metros de altura tiene una singular construcción y de las 30
plantas 26 están dedicadas a oficinas y arriba el gran mirador de 360 grados,
abierto recientemente.
El segundo lugar que
visitamos fue el Parque Audiovisual de Cataluña, donde se ruedan en sus
estudios numerosas películas, situado en la ciudad de Terrasa, en un antiguo
hospital de tuberculosos, con capacidad para 1.200 camas. El centro está
distribuido en un espacio de más de 50.000 m2, con 4 platós y servicios
auxiliares a la producción. El Parque Audiovisual ha logrado ser uno de los
estudios de referencia de la industria nacional e internacional en el sur de
Europa.
El tercer “plató” de
cine que se visitó fue al aire libre, concretamente el bellísimo jardín de
Santa Clotilde, en la ciudad costera de Lloret de Mar., Se trata de un jardín
situado sobre un acantilado construido en 1919 y que hoy está declarado un bien
de interés cultural por el gobierno regional de Cataluña. Pasar por sus caminos,
mirando el Mar Mediterráneo y la playa de La Boadella es un relax para el
viajero, con especial atención en la Plaza de la Sirena, desde donde se aprecia
un bello paisaje marítimo donde se rodó “La Casa del Dragón” de la serie Juego
de Tronos, como también se hizo en otras ciudades españolas como Sevilla, la
ciudad antigua de Cáceres o Trujillo en Extremadura.
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